Según la psicología evolutiva, los seres humanos tenemos tres afectos sexuales: deseo, atracción y enamoramiento
Estos pueden activarse en cualquier momento, aunque el enamoramiento es más probable que se dé cuando no estamos enamorados de otra persona, cuando estamos insatisfechos afectivamente con otras personas, cuando estamos solos; o necesitados de aprecio y afecto.
“Estar enamorado es un estado de fascinación sexual y afectiva que sólo se puede vivir con una persona a la vez, aunque puede haber varios procesos en la vida. No creo que necesariamente sea temporal, como se dice con frecuencia confundiendo los cambios bioquímicos que lo acompañan con dicho estado de fascinación, que puede durar muchísimo”, explica Félix López Sánchez, catedrático de la Universidad de Salamanca (USAL), pionero en la teoría del apego en España.
Más
No obstante, otras voces expertas argumentan lo contrario, tal y como afirma el psicólogo Yves-Alexandre Thalmann en su libro “Las virtudes del poliamor. La magia de los amores múltiples” (2008).
Lo que está claro es que lo mejor en el enamoramiento es que sea correspondido; que las dos personas establezcan compromisos; y que ambas se cuiden afectiva y sexualmente y en la vida diaria. “Lo que más enamora finalmente es que el otro nos haga sentir bien, nos valore y nos resulte físicamente atractivo”, subraya López Sánchez, a quien no le gusta hablar de ‘amor de verano’.
Al parecer confundimos este término con el de atracción, que se puede sentir por una o varias personas a la vez y puede ser muy intensa también. El experto afirma que el amor del verano es igual que el del resto del año, lo que cambia es que en esta época hacemos una vida más abierta y disponible.
Comments: no replies