Faros de más de más de un siglo que siguen iluminando los litorales de Canarias se convierten en un nuevo reclamo turístico
faros
Algunos de los faros más característicos de la costa canaria siguen activos pese a acarrear más de 150 años de oficio, lo que junto a su belleza arquitectónica y a su pasado romántico los ha convertido en un reclamo turístico de primer nivel y una nueva parada en los recorridos por las islas.
Por todo ello, estos edificios-antes la mayoría retirados- han pasado a formar parte de rutas turísticas o han quedado de pleno en zonas de alta profusión de visitas.
Situados en lugares decisivos. Estas obras arquitectónicas y balizas que señalizan el perímetro de las siete islas son edificios emblemáticos por su arquitectura, sus servicios y sus historias.
Entre los más relevantes se encuentra el Faro de la Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria. Este faro, de torre cónica, es uno de los más antiguos de Canarias tras ser inaugurado en 1865. Emplazado en un promontorio volcánico a 239 metros de altitud. En el extremo noreste de la isla, su potente luz se proyectaba a 18 millas de la costa. La versión reformada y actualizada del faro en 1990. Sigue sirviendo como guía a las naves que se acercan hacia el Puerto de la Luz y de Las Palmas y está totalmente automatizado. Su ubicación en zona militar hace que solo se pueda visitar pidiendo permiso.
Uno de los más representativos y fotografiados es el Faro de Maspalomas. En el sur de Gran Canaria, situado justo en la punta de Maspalomas. Actualmente se halla en medio de una zona turística muy concurrida. Contigua a una avenida marítima con comercios y restaurantes y forma parte del paisaje como lugar de interés.
Cuando se inauguró, a inicios de 1889. Este gran faro cuya luz alcanzaba las 27 millas sobre las aguas, estaba prácticamente aislado. Tanto es así que a fines del siglo XIX los tres fareros que se encargaban del mantenimiento estaban desasistidos. El médico más cercano se encontraba a 42 kilómetros de distancia.
En Tenerife
Por su parte, destaca el Faro de Anaga, una reliquia cuya torre y edificio permanecen aún en pie y operativos. Fue construido e inaugurado 1863, en época de la reina Isabel II. Está situado a 320 metros sobre el nivel del mar. En la Punta del Roque Bermejo, en la costa norte de la isla. Una de las zonas más abruptas donde el acceso era tremendamente difícil. Y se hacía a través de senderos o por el mar.
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