A escasos kilómetros de los grandes centros turísticos del sur de Gran Canaria, se encuentra uno de paisajes más fascinantes de la isla: el valle de Fataga, un espacio natural en el que, además, pueden realizarse numerosas actividades de ocio
Conocido como el Valle de las Mil Palmeras y también como el Gran Cañón, el valle de Fataga es un pintoresco lugar en el sur de Gran Canaria, a solo 30 minutos al norte de Playa del Inglés, que se caracteriza por sus impresionantes paredes, altos riscos y los extensos oasis de palmerales que se dispersan a lo largo de su cauce. Para llegar hasta aquí hay que tomar desde Maspalomas una de las rutas turísticas más importantes hacia el interior de Gran Canaria: la carretera GC-60. En su recorrido cruza de sur a norte todo el término municipal de San Bartolomé de Tirajana, el mayor de toda la isla.
El conjunto de valores naturales y etnográficos que alberga el barranco de Fataga le han valido la declaración de Paisaje Protegido y su inclusión en la Red de Espacios Protegidos de Canarias. El área protegida forma un paisaje muy particular como consecuencia de la erosión (sus materiales pertenecen a la zona volcánica más antigua de la isla) con un cauce amplio, a veces encajonado, y escarpadas laderas que le confieren una notable majestuosidad y personalidad.
Riqueza natural y etnográfica
Además de su riqueza geológica, el valle de Fataga alberga hábitats naturales en buen estado de conservación, como los magníficos palmerales existentes en el cauce, y los hábitats de escarpes. En este último viven algunas plantas raras y amenazadas como la siempreviva o la ruda.
El barranco de Fataga fue uno de los últimos lugares donde los aborígenes canarios pudieron resistir las embestidas castellanas para lograr la conquista de Gran Canaria. Los valores etnográficos de Fataga también son visibles en la necrópolis de Arteara, también conocida como cementerio guanche, considerado uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la isla. Data del siglo IV a.C. y en él se han identificado más de un millar de enterramientos.
Quizá por las evidentes huellas del pasado, en esta zona está ubicado también Mundo Aborigen, un interesante parque temático al aire libre que te acercará a la forma de vida de los antiguos canarios con más de cien figuras a escala natural, flores endémicas y fauna autóctona.
Siguiendo por la carretera, a 7,5 km, se llega al famoso Mirador de la Degollada de las Yeguas. La excursión a este mirador es una de las más habituales desde la zona turística de Maspalomas. Se trata de uno de los puntos panorámicos más impresionantes y completos que puedes encontrar en Gran Canaria. Desde uno de los lados se contempla el impresionante valle de Fataga. Por el otro, se observa toda el área de Maspalomas, con el mar, las dunas y los complejos turísticos.
Una parada justificada
La ruta continúa hasta llegar al pueblo de Fataga: casas tradicionales y una buena oferta comercial y. gastronómica justifican una parada en esta encantadora población considerada una de las más bellas de Gran Canaria. Cerca del pueblo están las presas de Chira y de Las Niñas,. situadas en soberbios paisajes.
Hay muchas maneras de conocer y recorrer el valle de Fataga. En todoterreno, en bicicleta o a pie,. pero de todas ellas la más original es hacerlo… a lomos de un camello. Cerca de Fataga podrás disfrutar de una original excursión montado en este animal entre valles y. palmeras en una estampa exótica que parecerá transportarte a otro continente.
La última etapa de esta ruta por el valle de Fataga. discurre en dirección a la capital administrativa del municipio:. San Bartolomé de Tirajana. Después del núcleo de Fataga,. se pasa junto a un antiguo molino de agua y. de un precioso palmeral. La carretera sube por la cabecera del barranco y entra en la Caldera de Tirajana,. un enorme cráter de unos 40 kilómetros tallado por la erosión durante millones de años. Aquí vale la pena detenerse en el Mirador de Fataga. desde la que se obtiene una extraordinaria vista sobre las cuencas de Fataga y Tirajana.