El interior de las siete islas canarias esconde joyas como estas diez pequeñas localidades que reúnen tranquilidad, arquitectura tradicional, patrimonio histórico, ambiente rural e integración en el paisaje
Mazo | La Palma
Villa artesana por excelencia de la isla, Mazo aún alberga una gran diversidad de oficios tradicionales, entre los cuales destacan sus prestigiosos bordados, que podrás admirar y adquirir en el Museo Casa Roja. Su reducido núcleo histórico, rodeado de un urbanismo más disperso, merece un paseo tranquilo, así como sus alrededores, dominados por el Parque Natural de Cumbre Vieja.
Vallehermoso | La Gomera
El pequeño núcleo histórico de este enorme municipio del norte de La Gomera se estructura alrededor de la plaza de la Constitución, donde puedes relajarte tomando algo en una de sus agradables terrazas antes de visitar la iglesia de San Juan Bautista y pasear por las calles repletas de casas blancas adornadas con espléndidos balcones de madera.
El Pinar | El Hierro
Formada por los núcleos vecinos de Taibique y Las Casas, la población de El Pinar es la capital del municipio más meridional de España. Está integrada en un paisaje rural muy diverso, con grandes bosques de pinos que dan nombre al lugar, dehesas aterrazadas con almendros e higueras y sectores de malpaís que te recordarán, a cada paso, que te encuentras en una tierra joven, intensa y volcánica.
Masca | Tenerife
Sumergida en el pronunciado relieve del macizo del Teno, que le ofrece un entorno de belleza dramática, esta pequeña población de casas cuidadas y calles empedradas muestra la Tenerife más rural, muchas veces olvidada por el turismo de sol y playa.
El sendero que desciende desde el pueblo hasta la costa por el barranco es uno de los más populares de la isla.Vilaflor | Tenerife
Situada a escasos kilómetros de la caldera volcánica de las Cañadas del Teide, Vilaflor es una agradable población rodeada de los pinares y los cultivos del Parque Natural de la Corona Forestal. Pese a encontrarse junto a la carretera que conecta el Teide con el bullicioso sur de la isla, la localidad respira tranquilidad por los cuatro costados, además de poseer un rico patrimonio histórico y producir un famoso vino que no debes dejar de probar.
Haría | Lanzarote
El contraste entre la severa aridez de las laderas del volcán Corona y el refulgente verdor del palmeral y. los cultivos marca los alrededores de Haría, conocidos como el valle de las Mil Palmeras. La localidad aporta el blanco inmaculado de su arquitectura popular a esta armonía cromática. Ya en su interior,. visita la Casa-Museo César Manrique y relájate a la sombra de los laureles y. los eucaliptus en la plaza León y Castillo.
Yaiza | Lanzarote
En 1730, los habitantes de Yaiza pudieron contemplar desde primera línea las erupciones que crearon lo que hoy es el Parque Nacional de Timanfaya,. observando con alivio cómo los ríos de lava se detenían a pocos metros del caserío.
Hoy, esta población de casas blancas,. premiada por su cuidado urbanismo, invita a un paseo relajado por sus calles y plazas,. llenas de arbustos, plantas y flores.Betancuria | Fuerteventura
Fundada en el año 1404 por el navegante normando Jean de Béthencourt para ejercer de capital, para cuya defensa eligió un valle interior alejado del mar y de los piratas,. Betancuria es hoy una tranquila villa con un patrimonio religioso monumental de primer orden y. una placidez que vale la pena experimentar.
Fataga | Gran Canaria
Desde la lejanía, el caserío de Fataga queda empequeñecido por la grandiosidad de los profundos barrancos que la rodean, en el sur de de la isla. Cuando te adentras en él, sin embargo,. descubres un pueblo pulcro de casas blancas y angostas callejuelas empedradas,. adornadas con miles de flores,. que merece un paseo sin prisas.
Teror | Gran Canaria
Fundada en 1481 a raíz de una aparición de la Virgen,. Teror es una de las poblaciones más antiguas del archipiélago y. conserva un importante patrimonio monumental,. incluyendo la popular basílica de Nuestra Señora del Pino y diversos conventos y casas nobles,. entre las que destacan las de la calle Real de la Plaza.
¡Y no te vayas sin probar la preciada repostería local!
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