La institución que custodia en Moya el legado del poeta exhibe ricos fondos ligados al autor, al modernismo y a las artes plásticas
Tomás Morales (1884-1921) es uno de los grandes poetas modernistas españoles y uno de los más destacados cantores del Atlántico. La Casa-Museo que lleva su nombre en Moya (Gran Canaria), ubicada en su hogar natal, custodia su legado y se ha convertido además en un homenaje a la poesía -en especial la modernista-. Su casa tiende a convertirse en la casa de la poesía, y el que hoy es su hogar quiere serlo también de aquellos que compartieron con él andanzas artísticas y sueños literarios.
Primeras ediciones, libros dedicados al poeta, manuscritos, libros de su biblioteca personal, fotografías… en un recorrido que incluye escalas en distintas ediciones y en las maquetas artesanales de su obra cumbre, Las Rosas de Hércules, en las que plasmó su dominio del lenguaje y la fascinación por el océano, ese Atlántico infinito que su canto ordena.
Sala del Poeta en la Casa Museo Tomás Morales
La “Sala del Poeta” muestra al visitante los distintos rostros de la inspiración de varios artistas que lo retrataron: Colacho Massieu, Juan Carló, Eladio Moreno, Manuel Reyes, Victorio Macho, lo han tenido como modelo. Su iconografía amplia, incluye a otros artistas como Cirilo Suárez, Pepe Dámaso o Luis Arencibia, entre otros.
La “Sala de la Amistad” dedicada a sus compañeros generacionales: Alonso Quesada, Saulo Torón ocupan un lugar destacado en esta casa. Recientemente se ha inaugurado otra sala, la “Sala Modernista” dedicada a la figura del compañero artista José Hurtado de Mendoza, del que se da cuenta de su genialidad plástica y de su humor gráfico, en una variada selección de dibujos y cuadros.
Las artes dialogan en la Casa-Museo Tomás Morales, ubicada en el caserón familiar que preside la plaza del pueblo. Los retratos de Morales, de Quesada y de Torón conviven con las obras de Néstor, Nicolás Massieu, Tomás Gómez Bosch dialogan con Manolo Millares, Antonio Padrón, Santiago Santana, Plácido Fleitas en una constante conversación de literatura, arte y, sobre todo, canariedad, en un diálogo continuado de nuestra tradición.
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