La música nos genera placer por la combinación de las expectativas que tenemos de una pieza y la sorpresa que sentimos al escuchar un tema Disfrutamos con las canciones
Disfrutamos con las canciones
Esta es la conclusión de un equipo de científicos que ha estudiado 80.000 acordes de 745. canciones de pop
Hasta ahora,. no se sabía por qué nuestras expectativas sobre una canción pueden provocar placer ya que, .según los autores,. la mayoría de los estudios se centraban solo en la influencia del factor sorpresa.

Para evaluar conjuntamente los indicadores de expectativa y sorpresa, los investigadores estudiaron 80.000 acordes en 745. canciones clásicas de pop recogidas en Billboard, la revista semanal estadounidense especializada en información musical.
Utilizaron un modelo de aprendizaje automático (una rama informática de inteligencia artificial). para cuantificar matemáticamente la incertidumbre y. la sorpresa que provocaba en los oyentes la progresión de estos acordes.
Además, quitaron la letra y la melodía de las canciones para evitar que los oyentes no pudieran reconocerlas.
Las respuestas del cerebro ante la música
Los investigadores utilizaron la resonancia magnética funcional .–que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales activas–. y encontraron que el placer musical se reflejaba en tres regiones cerebrales:. la amígdala., el hipocampo y la corteza auditiva.
Estas regiones tienen un papel importante en el procesamiento de las emociones, el aprendizaje y la memoria,. y el del sonido, respectivamente.
Por otro lado, durante mucho tiempo se estudió el núcleo accumbens –un área cerebral o ‘centro de placer’ que procesa las expectativas de recompensa – .y se creyó que este reaccionaba ante la sorpresa que sentían los individuos al escuchar un acorde que no esperaban.
“Sin embargo, esta área realmente no reaccionaba por el factor sorpresa, sino por la incertidumbre que había en la mente de los oyentes,. lo que provocaba que quisieran escuchar el siguiente acorde”,. explica el autor.
Este hallazgo podría hacer que en el futuro se valore la combinación de estos dos factores –expectativa y sorpresa–. en los efectos que tienen en las personas otras formas de arte como la danza o el cine.
Además,. los resultados podrían dar pie a la creación de algoritmos que generen música de manera artificial o ayudar a los compositores a escribir música.
El siguiente paso de los investigadores es observar cómo fluye la información a través de diferentes partes del cerebro con el tiempo y saber por qué a la gente se le pone la piel de gallina con la música.
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