El domingo 07 de diciembre del año 1941,. amaneció en Hawái con una inesperada visita; la fuerza aérea de la. Armada Imperial Japonesa atacaba la base militar de Pearl Harbor, donde se ubicaba el cuartel general de la flota del pacífico de la Armada de los Estados Unidos.

Aquella acometida quedaría escrita en las páginas de los libros. como un momento decisivo que definió el curso de la II Guerra Mundial.

HISTORIA

La flota japonesa permanecía oculta en las proximidades de la isla Oahu. A las 06:10 de la mañana, sin previa declaración de guerra,. la primera de las dos oleadas de aviones japoneses partía hacia su objetivo:. 183 aparatos que debían destruir todos los acorazados,. portaaviones, cruceros y destructores posibles.

Además, los cazas Zero tenían un objetivo añadido: acabar con los aeródromos para impedir una defensa inmediata de la segunda oleada de ataques.

Entre cazas de combate, bombarderos y torpederos, 353 fueron las aeronaves japonesas que desde 6 portaviones se lanzaron en una ofensiva militar.

Dejando de lado el ya conocido resultado desolador y sin entrar en el debate de la licitud de tal embestida, desde un punto de vista militar,. los historiadores y estrategas coinciden en que hubo un elemento que permitió el éxito a Japón en esta batalla:. el factor sorpresa.

PAREJA

Cuando nos unimos en pareja lo hacemos con ilusión y con el deseo –conscientes o no- de que sea para siempre,. convencidos de que no hay otr@ mejor en el mundo que al que hemos elegido.

Pero es vital saber que todo lo que implica tiempo le asecha la rutina, la monotonía. Y esto es peligroso porque puede terminar por agotar la ilusión y hacernos caer en el aburrimiento.

Rompe el día a día. Utiliza la sorpresa para ello. Cuanto más sorprendente sea,. más romperá esa rutina que asfixia y será capaz de ilusionar mucho más.

Y no hace falta que sea costoso -no pienses en dinero- sino que cada uno acorde con sus circunstancias y posibilidades,. pero que sorprenda…un whatsapp,. una flor, una llamada, una comida, una caricia, un pequeño obsequio, un piropo… lo que sea,. mil y un detalles que pueden ser útiles para cortar la monotonía que el día a día nos impone.