sindrome de elastigirl
En la edición anterior de BES, le proponíamos a los hombres, a modo de consejo, unas vías de acción para cuidar su relación de pareja. Como el título sugiere, toca en este número hablarte a tí, mujer. Habrás visto hace unos años la película animada para niños –aunque arrasó entre público adulto-, titulada “Los Increíbles”
sindrome de elastigirl
Esa familia de superhéroes que, por imposición de la justicia terrena, tuvo que vivir en el mundo como si sus integrantes fueran simples mortales, sin descubrir ni utilizar sus poderes.
Bob (Mr Increíble) está casado con Helen (Elastigirl). Ella, como todas las mujeres, hace lo imposible por mantener su hogar en condiciones, educar y cuidar a sus hijos, atender a su esposo y a la vez, trabajar también fuera de casa, con lo cual, sugestivamente, tiene que “estirarse” para poder llegar a todo…de hecho, pese a que no debería utilizar su poder, lo hace a menudo. Hoy día nadie discute que la mujer es el artífice de ese deseado “calor de hogar” que una casa posee. sindrome de elastigirl
Todos y cada uno de los integrantes de la familia aportan lo suyo, sí, pero reconozcamos que son ellas las que tienen el don para transformar el ambiente que se respira en una vivienda en agradable y acogedor. Ahora bien, una cosa es promover el “calor de hogar” y otra muy distinta es que ella sea “la fuente de calor de ese hogar” porque, literalmente, lo hace todo…Y es que, de esa manera, no hay quién de abasto. Si a esto le sumamos que trabaja –también- fuera de casa (y la gran mayoría lo hace), la solución no es fácil: o te estiras como Elastigirl quedan las cosas a medio hacer y el sentimiento de culpa–injusto- te consume.
Pues bien, déjame reflexionar contigo lo siguiente:
La causa fundamental que te impulsa a tener que imitar a Elastigirl es –eres-, paradójicamente, tú misma.
– ¿Yo? ¡Pero si no hay nada que deteste más en el mundo! ¡Pero si estoy cansada de pedir que me ayuden para no funcionar como un pulpo!
elastigirl
No lo dudo, pero ¿qué medios pones para que ello no suceda? Haces como Helen, que se desarma para llegar a todo sin contar, por ejemplo, con Bob, su marido. Y aquí va el primer consejo:
Haz un buen mapa de tu esposo (busca la edición anterior de BES, nº2, y lee este punto que, aunque escrito para ellos, se aplica perfectamente a ti también). Segundo consejo: puedes creerte Elastigirl e intentar hacerlo todo o, puedes motivar, provocar, incentivar…cultivar la admiración a tu esposo.
Cuánto hace que no le reconoces a él algo que haya hecho bien (ya sé que estarás pensando que son pocas las ocasiones, de acuerdo….pero esas pocas bien hechas, ¿se las has reconocido?) ¿Cuánto hace que no le otorgas el mérito que se merece por su aportación en algo (la reparación de algo roto; la limpieza del coche; un detalle con el que quiso agradarte y te hizo la vida más fácil)? En definitiva, ¿cuánto hace que él no siente que le admiras?
elastigirl
Y es que el varón tiene en su interior un recipiente enorme, gigante, inmenso, que se llama “Admiración” y que es muy difícil de llenar…tú le puedes echar litros y litros de detalles de piropos, de halagos, de alabanzas, de reconocimientos, que no se desbordará nunca. Y lo más interesante de esta escena que, puedes aplicar a innumerables situaciones que vivimos todos los días, viene ahora, porque has creado sin querer una retroalimentación positiva.
Así, la próxima vez no será necesario que le pidas que corte el pan, esa tarea se habrá convertido en “su” tarea porque él es el experto en cortar el pan. Obviamente, si esto se hace desde el amor bien entendido, desde donde se quiere querer, habrás dado un paso enorme en tu relación fortaleciendo la unión. La entrañable Elastigirl de la gran pantalla tiene, probablemente, cosas buenas a imitar pero en absoluto sobre el aspecto que hemos tratado aquí. Deja que ella proteja al mundo de los villanos, tú protege tu relación buscando sinergias con tu pareja.
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