Un nuevo estudio demuestra por primera vez que los loros grises africanos cooperan sin esperar nada a cambio, especialmente cuando se conocen
Además, estas aves sabrían reconocer el momento en el que los otros ejemplares necesitan la ayuda para conseguir alimento, según los experimentos realizadosLos humanos y otros grandes simios están dispuestos a ayudar a los demás, incluso cuando no se conocen entre ellos.
Pero no son los únicos animales en hacerlo.
Ahora, una nueva investigación, publicada en la revista Current Biology, muestra por primera vez que algunas aves –concretamente los loros grises africanos (Psittacus erithacus)– también se ayudan.Los loros y cuervos son conocidos por tener grandes cerebros, en relación con el tamaño de su cuerpo, y por su habilidad para resolver problemas.
Por eso, a veces se les considera ‘simios con plumas’, tal y como explican los autoras del trabajo. Sin embargo, estudios anteriores ya mostraron que, a pesar de su impresionante inteligencia social, los cuervos no se preocupan por ayudar a otros cuervos.
Que pasa
Pero, ¿qué pasa con los loros? “Era sorprendente ver a los loros motivados por ayudar a otros, incluso si el otro individuo no era su amigo”“Encontramos que los loros grises africanos ayudan de forma voluntaria y espontánea a los otros loros a alcanzar una meta, sin una recompensa inmediata para ellos mismos”, dice la autora del estudio Désirée Brucks, investigadora en la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich en Suiza.
Los loros compartían comidaPara llevar a cabo el estudio, los biólogos separaron a los loros grises (Psittacus erithacus) y guacamayos (Primolius Couloni) en dos compartimentos diferentes, uno al lado de otro y con un agujero entre ambos mediante el cual se podían comunicar.
Todos los loros de este estudio se conocían de antemano,. pues habían vivido juntos durante varios años en la Fundación Loro Parque en Tenerife antes del estudio.Una persona se encargó de proporcionar varias fichas a uno de los loros para que las devolviera de nuevo,. una a una, al investigador a cambio de un fruto seco.
Así, los expertos observaron cómo un loro cedía algunas fichas al loro vecino para que también pudiera conseguir comida. Solo los loros grises africanos estaban dispuestos a hacerlo.“Era sorprendente ver a los loros motivados por ayudar a otros,. incluso si el otro individuo no era su amigo”,. dice Auguste Von Bayern,. investigadora del Instituto de Ornitología Max Planck (Alemania).
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