A pesar de no ser tan conocidas las variedades de el vino grancanario, como otras variedades canarias, los vinos de Gran Canaria están destacando por su marcada personalidad y originalidad fruto de las especiales características climáticas y geológicas de la isla vino grancanario
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Gran Canaria surgió en 2006. Fue producto de la unión de las dos denominaciones de origen existentes en la isla. Por un lado, DO Monte Lentiscal, que abarcaba la zona vinícola de Tafira-Monte Lentiscal (en el noroeste). También DO Gran Canaria, que amparaba vinos originarios del resto de la isla.
La nueva DO Gran Canaria comprende hasta doce marcas comerciales. Estas elaboran vinos jóvenes, tintos y blancos, y controla una superficie de 224 hectáreas. Estos caldos excelentes han conquistado ya el mercado local y su fama continúa en expansión. El listán negro, la tintilla y la vijariego negro algunas de las variedades más empleadas en tintos. Mientras que la malvasía, la listán blanco y la albillo son las predominantes dentro de las variedades blancas.
Básicamente, en Gran Canaria se encuentran dos tipos de viñedos: los situados en La Caldera de Tirajana y Fataga son de plantaciones que se crearon en los años 90 en espaldera, en un paisaje rodeado de palmerales y olivos, que identifican los barrancos del sur de la isla y que producen fundamentalmente uva blanca. Los viñedos en las llamadas medianías de la isla, y que aportan la mayoría de la cosecha de uva tinta, son más antiguos y se cultivan de forma tradicional. Son viñedos de altitud, en laderas volcánicas, de difícil acceso y gran dureza, que los viticultores han mantenido con mucho esfuerzo por generaciones. La forma de cultivo de estos viñedos es el vaso tradicional.
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