Timanfaya, el enclave más reconocido de Lanzarote, tiene menos de 300 años de vida y existe tras sufrir 2.190 días seguidos de erupciones
El 1 de septiembre de 1730 está marcado en el calendario de Lanzarote como uno de los días más importantes de su historia. Ese día, hace menos de tres siglos, comenzó uno de los procesos eruptivos más largos conocidos por la humanidad, que acabó creando el actual Parque Nacional de Timanfaya.
Durante seis largos años, no hubo un solo día en que la tierra no vomitara ingentes cantidades de magma, convirtiendo pueblos y fértiles campos de cultivo en un inmenso mar de lava coronado por decenas de cráteres. Un siglo después, una nueva erupción en 1824 sumó más aportes de materiales magmáticos a la superficie. Hoy, Timanfaya es un ejemplo vivo para la vulcanología que, como hace un profesor apasionado con sus alumnos, no para de darnos lecciones sobre geología y biología al aire libre.
El paisaje se muestra en los pasos iniciales del proceso de colonización vegetal y animal de una tierra casi nueva, con los líquenes siempre en vanguardia. Ante el visitante, arroja infinidad de fisuras, cráteres alineados, .mares de lava y ceniza que se extienden desde el centro de la isla hasta su costa occidental. La carretera LZ-67 acerca al área de estacionamiento del Islote de Hilario, donde se puede realizar la Ruta de los Volcanes,.en autocares del parque. Además, el Echadero de los Camellos ofrece paseos de 20 minutos en dromedario. y pueden realizarse rutas guiadas con una reserva previa en la web del parque.
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